Nos dieron el piso sin problema y ahora no nos dan solución ante la nueva situación.
Melchora Minango, limpiadora a tiempo parcial, recibió hace escasas semanas un aviso de desahucio. Tras la negativa del banco a aceptar la dación en pago, su vivienda será subastada este martes.
La Avenida de Madrid se ha llenado de gente este lunes para tratar de frenar el desahucio de la familia de Melchora Minango, una ecuatoriana residente en Zaragoza que cuenta con tres hijos menores y un nieto de 16 meses a su cargo.
Miembros de la Plataforma Stop Desahucios han apoyado esta concentración a las puertas de la entidad bancaria para intentar frenar la subasta del piso en el que actualmente reside la familia. La reacción de la sucursal ha sido la esperada: "La respuesta del director del banco ha sido que nos marchemos o llamarán directamente a la Policía". "Para dar las hipotecas no tenían ningún problema, pero para dar respuestas todos los del mundo. Mañana es la subasta y mañana estaremos allí", han manifestado fuentes de la Plataforma.
Melchora, desanimada ante la negativa del banco, se pregunta cómo va a hacer ahora para mantener a su familia y poder regresar a su país sin deudas. "El banco dice paga, paga, paga, pero si no tenemos de dónde pagar... Yo lo único que le pido es que me compre el piso para poder irme con la conciencia tranquila. He venido por un futuro, pero me voy mal" manifiesta con gesto triste.
Miembros de la Plataforma Stop Desahucios han apoyado esta concentración a las puertas de la entidad bancaria para intentar frenar la subasta del piso en el que actualmente reside la familia. La reacción de la sucursal ha sido la esperada: "La respuesta del director del banco ha sido que nos marchemos o llamarán directamente a la Policía". "Para dar las hipotecas no tenían ningún problema, pero para dar respuestas todos los del mundo. Mañana es la subasta y mañana estaremos allí", han manifestado fuentes de la Plataforma.
Melchora, desanimada ante la negativa del banco, se pregunta cómo va a hacer ahora para mantener a su familia y poder regresar a su país sin deudas. "El banco dice paga, paga, paga, pero si no tenemos de dónde pagar... Yo lo único que le pido es que me compre el piso para poder irme con la conciencia tranquila. He venido por un futuro, pero me voy mal" manifiesta con gesto triste.
Cuotas de 600 y 700 euros
Melchora y su marido compraron la vivienda en 2006 pagando 720 euros mensuales de hipoteca por un piso en el Arrabal. A día de hoy calculan que habrán pagado un total de 70.000 euros en seis años. "Fueron buenos para darnos el piso, pero ahora no nos dan solución", critica ella.
Desde la Plataforma están luchando para que su caso y el de otros tantos afectados se solucione, pero aseguran que la situación es complicada. "Es muy difícil que las familias mantengan cuotas de 600 y 700 euros con sueldos que apenas alcanzan para comer. Hablamos de pisos de barrios obreros como Las Delicias, el Arrabal o Las Fuentes y, sin embargo, las cuotas son muy altas" denuncia Pablo Híjar, representante de la Plataforma Stop Desahucios.
Melchora asegura que, pese a haber tenido problemas con los avales, siempre ha tratado de pagar, pero ahora ya no les alcanza. Aún así estaría dispuesta a quedarse con un "alquiler social", pero según señala: "el banco no quiere saber nada".
"Planteamos que les den un alquiler de 300 euros al mes, pero únicamente les ofrecen un alquiler comercial que la mayoría -estando en el paro- no puede pagar", denuncia Pablo. "Yo el piso ya no lo quiero. Trataré de conseguir un billete de avión y marchar de aquí", apostilla ella.
Su historia no dista demasiado de la de otros compañeros de la Plataforma que aseguran estar "en el mismo proceso".
"¿A dónde voy a ir con mis hijos?"
"¿A dónde voy a ir con mis hijos?", se pregunta Melchora tras la negativa de su entidad bancaria a aceptar la dación en pago. La misma pregunta se hacen Fany Naura, Elías Narváez o Mor Mbaye, todos ellos afectados por el mismo problema.
Una vez desahuciados se encuentran en la calle. Sin familiares ni amigos, algunos se ven obligados a recurrir a oenegés y servicios sociales. Mor y su familia -desahuciados en 2011- residen en uno de los 11 módulos familiares del Albergue Municipal, donde les proporcionan vivienda y comida gratis. Entre tanto, su mujer y él continúan buscando trabajo para mantener a sus tres hijos.
Hoy Mbaye ha querido mostrar su apoyo a Melchora confiando en que, como ocurrió en su caso, el banco termine por aceptar la dación en pago. "Yo acudo si hay gente que tiene problemas. Ellos son ahora mis compañeros", declara este senegalés. "Solos no hacemos nada, si no fuera por ellos (los miembros de la plataforma), ya estaríamos en la calle o presos", sentencia Narváez.
Heraldo.es

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